HISTORIA
El Movimiento de Cursillos de Cristiandad nació en España, concretamente en la isla de Mallorca, en la década de 1940.
En su origen hay que considerar una serie de antecedentes sociales y religiosos, que marcaban la realidad de la época.
En España se vivía una situación de posguerra (guerra civil española, años 1936-1939), en una sociedad que estaba reconstruyéndose en un clima de cambios e inseguridades.
La situación religiosa también era compleja. La Iglesia había vivido una experiencia muy difícil durante la guerra civil (inseguridades y persecuciones).
En la posguerra se vive un proceso de restauración en el que el cristianismo es la religión oficial y, aparentemente, la sociedad española es cristiana. Pero en gran medida se da simplemente un “cristianismo social”, en el que no hay una auténtica vida cristiana coherente.
En esa situación, la Acción Católica, que está ampliamente implantada en España, quiere promover una mayor autenticidad e implicación de los laicos en la vida de la Iglesia. Para ello, la sección de jóvenes, la Juventud de Acción Católica Española (JACE) retoma un proyecto anterior a la Guerra Civil: una gran peregrinación de jóvenes a Santiago de Compostela, a celebrarse en el año 1948.
Para la peregrinación, el Consejo Nacional de JACE, dirigido entonces por D. Manuel Aparici, diseña una intensa preparación espiritual (ideal y espiritualidad peregrinante), que se concreta en la celebración de “Cursillos de Adelantados de Peregrinos”, diocesanos, dirigidos por miembros del Consejo Nacional de la JACE, y “Cursillos de Jefes de Peregrinos”, en parroquias, dirigidos por miembros de los Consejos Diocesanos.
MANUEL APARICI NAVARRO
Existía un grupo de jóvenes bien formados, con actitudes y criterios comunes, con una notable inquietud apostólica y una clara insatisfacción con los planteamientos pastorales vigentes.
En el inicio de los Cursillos cabe reconocer la inspiración del Espíritu Santo, que fue acogida y compartida por un grupo de personas, entre ellos Eduardo Bonnín, un laico con un papel predominante, algunos sacerdotes como Mons. Sebastián Gayá y el entonces Obispo de Mallorca, Mons. Juan Hervás. Ellos desarrollaron lo que hoy podríamos llamar una nueva forma de evangelizar, especialmente a los alejados de Dios y de la Iglesia, que posteriormente se denominó como “Cursillos de Cristiandad”.